Más información
La cita con Eros era en la escalinata de Trinità dei Monti, entonces ?lugar de disgregados, hippies y drogadictos?, según algunos medios periodísticos particularmente feroces en la confrontación de los jóvenes ?diferentes? de aquel tiempo. Sentado sobre las gradas gozaba yo del sol en un tenaz día de enero, al término de las fiestas navideñas. Había visto a Eros la noche de fin de año y lo había encontrado particularmente triste y confundido.